Modelación climática debido al acelerado crecimiento de las urbanizaciones, las cuales puede generar daños irreversibles al medio ambiente y a la población en general.
A lo largo de la historia se ha experimentado un crecimiento urbano superior al resto del país. La concentración demográfica experimento entre 1992 y 2001 un aumento considerable que se dio de manera paralela al proceso de urbanización (Nina, O., Jemio, L., 2012). En este sentido el crecimiento acelerado y desproporcional genera más vulnerabilidades, resta capacidad de adaptación y puede generar daños irreversibles al medio ambiente y a la población en general.
Durante la última década, las áreas urbanas han pasado a ocupar un papel central en el debate internacional sobre el cambio climático. La nueva geografía de la urbanización contemporánea identifica las áreas urbanas como un elemento clave de los procesos de globalización y de transición hacia nuevos esquemas de ocupación del territorio (Seto et. al., 2010). Más del 50% de la población viven en áreas urbanas, y se estima que ese porcentaje será del 75% antes de 2050 (ONU-Hábitat, 2011b).
En este sentido, los municipios Metropolitanos sufren un proceso progresivo de cambio de uso de suelo que se registra anualmente en su territorio. Los resultados muestran un crecimiento en un 45% aproximadamente desde 1990 hasta la fecha, siendo los principales Municipios en nuestra región que incrementaron su superficie urbana; el de Porongo (Ayacucho, 20,2%), Warnes (17,5%) y Santa Cruz de la Sierra (18,2%). Por otro lado, la remoción que se presenta, principalmente este dado en coberturas de bosque, sabanas, agricultura y ganadería ya que tiene una estrecha relación con las actividades de desmonte para desarrollar actividades de desarrollo urbanístico.